Tras dos cervezas, le dices que es tarde y deberías irte; él, que te acompañará a tu coche para que no
vayas sola. Cuando llegas al aparcamiento, no sabes qué hacer. Él te da los dos
besos de cortesía; tú, el que ardía en tu boca y ahora arde en la suya. Te
empuja contra el capó. Vuestros cuerpos se funden mientras los labios se
devoran, las lenguas se entrelazan, los dientes muerden. Sientes su miembro a
través de la ropa mientras vuestras manos se hunden debajo de las camisetas
para acariciar la piel, apretar la carne, clavar las uñas como si quisieran despedazarla...
Fragmento del #relatoerótico «Valor» que podrás leer en este enlace.
Brenda B. Lennox ©
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