viernes, 8 de marzo de 2019

Día Internacional de la Mujer I

Hoy, #DíaInternacionalDeLaMujer, quiero compartir dos reportajes para reivindicar la sexualidad femenina oprimida, silenciada y estigmatizada durante siglos. Comienzo con este sobre el clítoris pues, a pesar de todos los intentos por reivindicar su papel en la sexualidad femenina, este ha sufrido del oscurantismo en la ciencia debido a que su única función es dar placer.
Gracias a los estudios de Georg Ludwig Kobelt, en 1900, ¡1900!, apareció por primera vez en el libro de medicina «Henry Gray: Anatomía del cuerpo humano», conocido coloquialmente como la «Biblia de los cirujanos» cuya primera edición data de 1858.
Sin embargo, en la edición de 1948 desapareció misteriosamente como si nunca hubiera existido. Medio siglo después, Helen O'Connell, la primera uróloga australiana, se percató del silencio médico mientras analizaba las operaciones de próstata. Los cirujanos procuraban preservar el nervio erector pero no tomaban esas precauciones cuando operaban a las mujeres. ¿Por qué? Porque el sistema nervioso de los órganos sexuales femeninos no estaba recogido en ningún libro de Anatomía, mientras los masculinos, sí.
Indignada, decidió retomar los trabajos de Kobelt, empleando medios modernos, concretamente imágenes de resonancia magnética (MRI, por sus siglas en inglés). Al reproducir la pelvis de cuerpos vivos en vez de diseccionados como se había hecho hasta ese momento, descubrió en 2005 que el clítoris era mucho más grande de lo que se creía: no era un «pequeño monte», sino una montaña.
A pesar de que los estudios sobre el clítoris han cobrado protagonismo en las primeras décadas del siglo XXI, aún queda un largo camino por recorrer. Especialistas como Jo Adams, conocida popularmente como «la evangelista del clítoris», denuncian que sigue existiendo un gran oscurantismo al respecto y prácticas médicas que lesionan la salud sexual de las mujeres como la episiotomía, corte en la entrada de la vagina que se realiza durante el parto y que presenta como efecto colateral la destrucción de parte de la plataforma orgásmica.
Todavía hay manuales de medicina en los que no se menciona el clítoris y en la educación sexual en los colegios es prácticamente inexistente. Queda un largo camino por recorrer.



Podéis leer el reportaje completo en este enlace.

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