Me levanto. Desanudo mi toalla. Se desliza hasta el
suelo. Te miro a los ojos. Hablan el
mismo idioma que los míos. El que nos unía a todos antes de la caída de la
Torre de Babel. Me giro. Siento tu cuerpo
desnudo detrás de mí, tus besos en mi cuello, tus manos en mis pechos, tu
miembro entre mis muslos. Lo acaricio, lo guío a mi vulva, lo rodeo con los
labios. Se desliza dentro de ellos buscando mi interior.
Fragmento de
Señales, uno de los dos #RelatosEróticos cortos que escribí sobre el placer de
masturbar con una vulva o follársela.